martes, 3 de agosto de 2010

Tejiendo redes en Córdoba por el Derecho al Aborto


En el marco de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, y de las acciones que venimos llevando adelante en la lucha por la despenalizacion y legalizacion del aborto en Argentina y el empoderamiento de las mujeres, el pasado jueves 29 de julio las organizaciones
cordobesas de la Campaña realizamos un taller sobre el uso del misoprostol, que tuvo lugar en el aula de la Biblioteca de la Escuela de Trabajo Social.

Contamos para este taller con la participación del Dr. Rodolfo Gómez Ponce de Leòn, médico ginecòlogo, y de las compañeras Luciana Sanchez, Soledad Pujó y Verónica Marzano de la Línea telefónica "Aborto: más informacion, menos riesgos". La actividad estaba centrada en develar los mitos en torno al aborto medicamentoso, y el rol del personal de salud frente a las mujeres que decidimos interrumpir voluntariamente nuestros embarazos.

En la jornada participamos activistas, médicas, médicos, enfermeras, personal de centros de salud, trabajadoras sociales, docentes, pero además, con la premisa de que el acceso a información veraz y actualizada es crucial en cuanto a la salud de las mujeres, invitamos especialmente a compañeras y compañeros de organizaciones sociales de nuestra ciudad. La asistencia, a pesar de no haberle dado difusión masiva al evento, desbordó tanto el salón como nuestras expectativas, con cerca de 200 personas que escucharon atentamente las exposiciones e intervinieron con comentarios, experiencias y preguntas.

Misoprostol: el método más seguro

La exposición del Dr. Gómez dejó en claro que el misoprostol es el método de interrupción del embarazo más seguro, porque su 95 a 99% de eficacia, incrementa la seguridad; además puede ser utilizado en un amplio rango de condiciones sanitarias y por un amplio rango de agentes,
con lo que incrementa la calidad; ha sido estudiado y utilizado en países ricos y pobres, con iguales resultados, con lo que disminuye la inequidad; es ampliamente aceptado por las mujeres que lo han utilizado, por lo que disminuye las barreras de acceso, y está disponible (aunque sabemos que con dificultades) en toda la región de América. Por todos estos motivos, es que la divulgación del aborto medicamentoso con misoprostol ha tenido el efecto de reducir en un gran número la cantidad de muertes de mujeres por aborto séptico, que en nuestro país es la causa del 30% de las muertes de mujeres por gestación.

Por otro lado, señaló que quienes descubrieron el uso ginecológico del misoprostol fueron las mismas mujeres, que de ese modo provocaron a la comunidad médica a investigar acerca de su utilización y las dosis adecuadas, dejando de lado el uso original de esa droga (úlceras gástricas).

Compartió con todxs lxs asistentes impactantes estadísticas, numerosas publicaciones que estudian y difunden el uso del misoprostol para interrumpir embarazos, e iniciativas y experiencias de distintos lugares del mundo.


En primera persona.

Luego de que el Dr. Gomez evacuara detalladamente muchas dudas técnicas, aunque reconociendo que en la gran mayoría de los casos ni siquiera es necesaria la intervención de profesionales médicos, tomaron la palabra las compañeras de la línea telefónica "Aborto:
más información, menos riesgos". Esta iniciativa tiene ya más de un año de existencia en nuestro país, con antecedentes en Ecuador y Chile, y una experiencia más reciente en Pakistán. Ha atendido más de 4000 llamadas en este lapso de tiempo brindando a las mujeres que llamaban la información sobre aborto medicamentoso proveniente de fuentes como la Organziación Mundial de la Salud (OMS) o la Federación Latinoamericana de Sociedades de Obstreticia y Ginecología (FLASOG). Explicaron que su trabajo toma la experiencia histórica de educación entre pares, de colectivos estigmatizados como las mujeres en situación de prostitución o la comunidad LGTB con el tratamiento del SIDA, apuntando a dar respuesta a sectores vulnerables, sin acceso al derecho humano de la información.

La Línea visibiliza y da contenido político a lo que el movimiento de mujeres y mujeres sueltas vienen haciendo desde hace mucho tiempo, y lo hace asumiendo esta lucha en primera persona. En su práctica no distinguen entre abortos legales e ilegales, no prescriben ni aconsejan, no juzgan, sólo brindan la información que las mujeres que llaman solicitan para interrumpir
un embarazo de la manera más segura posible en el marco de la clandestinidad impuesto por el Estado, partiendo de que cada una de ellas tiene la capacidad de decidir cómo quiere seguir su vida.

En su intervención dejaron claras varias cosas: por un lado, las dificultades de las mujeres de acceder a personal sanitario que dé respuesta eficaz y responsable. Señalaron la reticencia de los centros de salud a recibir a mujeres con abortos en curso, reconociéndolas como un nuevo actor social en el ámbito de la salud pública a partir de la incorporación del aborto medicamentoso en sus prácticas. Acentuaron la responsabilidad médica ante una mujer que ya ha decidido interrumpir su embarazo, planteando que en la omisión puede haber abandono de persona, y que ningún médicx ha sido juzgado por prescribir ninguna droga. El/la médicx no tiene ninguna responsabilidad penal cuando una mujer por sí misma se realiza un aborto, y de hecho brindar la información de la forma más segura de hacerlo es la manera de respetar sus derechos humanos, para evitar que utilicen métodos inseguros por falta de información.

Señalaron la importancia de lograr que el acceso de las mujeres al aborto sea en el primer trimestre de embarazo, por seguridad. Las causas de la demora en acceder se deben, en el 62% de los casos, a falta de información, en el 10%, a las dificultades para conseguir el medicamento, lo que torna la posibilidad de un aborto seguro en uno inseguro, por la extensión de los plazos.

Manifestaron también la urgencia de la legalización del aborto y la insuficiencia de la Guía de Atención de Abortos No Punibles, cuyo debate se instaló en los medios en las últimas semanas ante las idas y venidas del Ministerio de Salud de la Nación, partiendo de que en realidad sólo una pequeñísima porción de los abortos que se realizan en nuestro país se encuentran encuadrados en las excepciones del art. 86 del Código Penal, aun en su interpretació n más amplia.


Ahora... ¡a multiplicar!

La cantidad de personal de centros de salud, el número de compañeras presentes en esta jornada, nos llena de satisfacción.

Desde la Colectiva feminista anticapitalista las histeriqas, las mufas y las otras, pensamos que se dio un paso importante en el camino del fortalecimiento y ejercicio de la autonomía de las mujeres y en la constitución de redes sociales y políticas solidarias que nos permiten seguir organizándonos, seguir gestionándonos nuestros abortos, seguir decidiendo y construyendo -a pesar de todas las opresiones que nos condicionan y limitan-, nuestros proyectos de vida, nuestros cuerpos, nuestras subjetividades.

Seguimos luchando porque el 2010 sea el año de la legalización del aborto en Argentina.

¡Educación para decidir!

¡Anticonceptivos para no abortar!

¡Aborto legal para no morir!







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