Fotos: Majo / Texto y entrevistas: nati ((i))
El martes 20 de diciembre, en la marcha a 10 años de la revuelta popular del 19 y 20 de 2001, nos contactó Mariela, una compañera de Villa El Libertador. Quería compartir con nosotras la preocupación de muchas de las mujeres de la Villa en relación a las crecientes expresiones de violencia machista, que durante el año había arrancado la vida de varias mujeres de la zona: Paula Soria, Marisa Cárdenas, Alejandra Cuesta... Ellas perciben que la violencia va en aumento, y que el Estado, cómplice, no responde a sus denuncias y necesidades, y que la única manera de buscar soluciones concretas es orgánizandose y haciendo esuchar sus reclamos junto a otras.
La convocatoria era para el miércoles 21 de diciembre, a las 19 hs., frente al CPC de Villa El Libertador. La idea era empezar a expresar el repudio a la violencia, y especialmente la denuncia a la unidad judicial y comisaría de la zona, que de diferentes maneras violenta a las mujeres cuando van a asentar las denuncias por maltrato: amedrentándolas, intentando disudirlas, sometiéndolas a largas esperas, llevándolas al médico forense al centro y abandonándolas allí sin saber siquiera si cuentan con medios para regresar a su casa. Muchas de ellas habían vivido en carme propia esas situaciones, o en el de una hermana, una amiga, una sobrina...
También generar ruido en torno a esta situación, ponerle nombres, convocar a otr*s a indignarse, a organizarse, a movilizarse. Al finalizar el día, en la plaza central, quedamos en repetir la convocatoria el miércoles siguiente, 28 de diciembre, para llevar un petitorio con los reclamos a la unidad judicial.
Así que allí nos encontramos varias, aerosoles en mano, con las consignas feministas siempre vigenets, y con las cumpas más jóvenes de la Villa creando sus propias consignas contra la violencia machista, por las calles de Villa El Libertador.
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