Por las Histeriqas, las Mufas y las Otras Publicado originalmente en la Red Nosotras en el Mundo
Ana María era una mujer de 20 años, santafesina, oriunda de la localidad de Vera, de condición humilde, y madres de tres niños/as.
En octubre de 2006 le diagnosticaron un cáncer de maxilar y, casi al mismo tiempo, un embarazo de apenas unas semanas.
El Comité de Bioética del Hospital donde la derivaron (los/as médicos/as) resolvió: “dejar en suspenso el tratamiento [del cáncer] ya que el indicado para la patología está contraindicado si se está cursando un embarazo (…) ¿en algún momento se pensó en un aborto terapéutico?” respuesta: “por convicciones, cuestiones religiosas, culturales, en este hospital y en Santa Fe, no”. A pesar de que sus padres recurrieron a la Defensoría del Pueblo y a los canales que pudieron, el embarazo no se interrumpió ni a ella se le trató el cáncer.
El 26 de abril de 2007, estando Ana María en la fase terminal de la enfermedad, le realizaron una cesárea con la intención de salvar al feto. La nacida sólo sobrevive 24 hs. Ana muere la fría noche del jueves 17 de mayo, luego de seis meses de soportar las torturas a las que fue sometida por la ausencia del tratamiento.
Una vez más una mujer es víctima de homicidio, a manos de un Estado que desconoce hasta sus propias leyes. Una vez más la que murió es una mujer joven, en situación de pobreza que fue privada de los derechos de ser informada y elegir libremente ser madre o no; de recibir educación sexual y decidir respecto de su vida sexual, expresar su consentimiento o exigir que se le aplique el método anticonceptivo que elija y finalmente acceder a un aborto legal y seguro, contemplado por el Código Penal.
La intolerancia, el autoritarismo, la falta de respeto por la vida y la libertad de las personas, encarnadas en el sistema de salud y judicial, amparados por todo un sistema político, legal y religioso, decidieron que Ana María debía morir.
Hoy denunciamos que…
…las condiciones para que se repita lo que pasó a Ana María Acevedo, se repiten cotidianamente en todos los puntos del país.
Denunciamos la deuda del Estado con una educación para la sexualidad libre y responsable; la escasez o falta total de distribución de anticonceptivos en casi todo el país; los interminables obstáculos para acceder a una ligadura de trompas en hospitales públicos, y las reiteradas intervenciones del Poder Judicial y la Iglesia Católica para impedir la práctica de los abortos legales.
Afirmamos…
…que el derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, es decir, el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos y nuestras vidas, es un derecho humano. Su clandestinidad y penalización no impiden su realización, solamente aumenta los riesgos y atenta contra la dignidad y la vida de las mujeres.
Por todo esto también denunciamos que quienes persiguen penalmente a las mujeres son los mismos que piensan que no merecemos derechos, que somos un recipiente reproductivo, incapaces de producir conocimiento y de decidir sin tutela. A esto nos enfrentamos todos los días desde nuestros lugares para construir una sociedad justa, diversa, sin violencia y de personas libres.
Nosotras, hoy, reivindicamos el nombre de Ana para que nadie la desconozca, para que este sistema capitalista, autoritario y patriarcal, que sigue matando mujeres en nombre de la vida, pague por sus víctimas.
Las mujeres decidimos, el Estado debe garantizar, la sociedad debe respetar y la iglesia no debe intervenir
(Texto basado en el Documento de la Multisectorial de Mujeres de Santa Fe)
Este audio es una producción colectiva de las Histericas, las Mufas y las Otras.
Duración del audio: 5 minutos, 25 segundos.
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